La sociedad actual está acostumbrada - y cada vez más - a la automatización del mundo a su alrededor. Se habla de restaurantes donde no hay necesidad de servicio; hoteles y empresas que se han desprendido de los empleados a cargo de tratar con el público para dar paso a máquinas y robots. Cada vez son más las industrias que están abriendo espacio en sus infraestructuras para incorporar procesos automatizados, más allá del factor humano.
En muchas ocasiones ha surgido el debate de si es necesario el papel de un piloto, sobretodo en este contexto donde se intenta que el ordenador de la aeronave haga el máximo posible. Uno de nuestros instructores en CESDA, escuela de pilotos, comentó que el avión dispone de los sistemas para volar por su cuenta. Aún así, la figura del piloto es esencial porque se encarga de vigilar todas las operaciones que la aeronave realiza. Hoy en día, el rol de un piloto se centra en, además de otras tareas, ser el "monitor del avión", tal y como señala la Chief of Theoretical Knowledge Instructor (CTKI) de CESDA, Gemma Pelejà.
Algunas aerolíneas incluso instan a que sus pilotos realicen operaciones en manual (sin usar el modo automático) para asegurarse que no dependan del ordenador ni del sistema operativo a la hora de pilotar el avión. Esto se debe a que el piloto se puede acostumbrar a confiarle todo el trabajo al avión y que, con el tiempo, se atrofien sus habilidades. Pelejà recuerda que los aviones se empezaron a automatizar para poder "descargar de trabajo" al piloto durante las horas de vuelo. En otras compañías no es una obligación pero sí que hay la posibilidad que el piloto haga una parte de vuelo en manual. "Cuántos más vuelos en automático hagas, más te degradas como piloto", advierte Pelejà.
En un momento de crisis, la capacidad de reacción y reflexión de un piloto es inigualable. Para que el ordenador funcione, primero se tiene que introducir todas las variables. Aunque esto es casi imposible de hacer, ya que siempre puede suceder un imprevisto. Ante esta situación, la máquina no sabría funcionar porque, como explica la instructora de CESDA, "el ordenador no sabe pensar por sí solo". Por eso, el juicio de un piloto es esencial para pilotar una aeronave. Esta capacidad de reacción y de toma de decisiones se adquiere primero durante sus años de instrucción y después cuando ejercen de pilotos como tal. Son un conjunto de habilidades que son constantemente aprendidas si se siguen entrenando durante los años.
Según un estudio realizado por CESDA a pilotos profesionales, más de un 70% de los entrevistados no confiaban del todo en la información que les proporcionaba la previsión meteorológica (creyendo que era "suficientemente precisa") y acababan por utilizar su propio criterio, cosa que una máquina dista mucho de realizar. Siempre hay peligro que las predicciones de la atmósfera sean erróneas y el piloto no se puede arriesgar a que el avión funcione incorrectamente.
En la mayoría de casos, los datos equivocados suelen venir por una mala lectura de la atmósfera por parte de los sensores externos de la aeronave. "La atmósfera es demasiado variable", advierte el Dr. Miquel Traveria (profesor de meteorología en el centro). Algo como hielo, un rayo o un fuerte impacto puede dañar uno de los sensores, dejando "ciego" al avión. Es por eso que el profesor afirma que una máquina aún no es equiparable a la inteligencia humana. Según Traveria, el ordenador de a bordo sólo es capaz de pensar en protocolos, cosa que no se aplica a la atmósfera debido a que ésta se "sale" de todo protocolo.
El problema reside en que la máquina por sí sola no comprende lo que le rodea. Ahí es donde entra en juego el papel del piloto. Por este motivo se incentiva tanto la habilidad de saber pilotar en modo manual. En CESDA creemos que para aprender a llevar un avión primero se debe aprender a volar. Es por eso que nuestros alumnos de segundo empiezan en manual y, a medida que avanzan de curso, van aprendiendo paulatinamente a gestionar el sistema automático. De esta manera, aprenden a pilotar, no sólo a gestionar.
Es por eso que la parte más importante a la hora de pilotar un avión es la "parte humana", tal y como señala Pelejà. Eso sí, aunque sea esencial, no es el único factor. Los pilotos son humanos. Los errores ocurren. En un momento de estrés, el piloto puede fallar en escoger una opción y no resolver la situación de la forma más segura posible, ya que cabe recordar que un 80% de los accidentes aéreos es por causa humana. "Lo ideal es la compenetración entre la máquina y el piloto", apunta el Dr. Traveria.
El sector aeronáutico ha llegado hasta donde está actualmente gracias al trabajo conjunto del ser humano con los sistemas automatizados. Grandes organismos, como OACI, prevén que habrá mucha demanda de pilotos profesionales al menos durante los próximos 20 años y en ningún caso cita la sustitución del piloto por máquinas. Por todo lo que has leído en este post, podemos concluir que el trabajo de piloto seguirá siendo necesario a largo plazo, aunque cada vez más como un gestor de sistemas y de equipos humanos.