¿Cómo es una sesión de simulador de vuelo en CESDA? | CESDA, escuela de pilotos

¡Hola a tod@s! Como cada semana llega un nuevo artículo de nuestro blog.

Antes de pilotar un avión, los alumnos de CESDA deben practicar innumerables horas en avanzados simuladores de vuelo, aspecto imprescindible que todos deben dominar antes de subirse a un avión de verdad.

En CESDA disponemos de tres simuladores que permiten a nuestros alumnos “pilotar casi de verdad” un avión. Las sensaciones que transmiten los simuladores son cada vez más realistas gracias a los avances en tecnologías.

Poder aterrizar en cualquier aeropuerto, simular cualquier condición meteorológica o cómo solventar cualquier incidencia durante el vuelo prepara a nuestros alumnos perfectamente para la vida laboral.

Los simuladores de avión, como su nombre bien indica, son réplicas de cabinas de diferentes modelos de aeronaves, y para conocer mejor su uso y sus características hemos hablado con Armand Quilez, uno de nuestros instructores.

¿Por qué son importantes los simuladores para la formación y hasta qué punto son un factor diferencial en la formación de los pilotos?

Los simuladores son básicos, ya que en ellos se practican procedimientos de aeropuertos que se encuentran lejos de nuestra escuela de pilotos, podemos repetir cualquier procedimiento desde el punto que escojamos del vuelo, y especialmente podemos practicar todas las emergencias posibles y repetirlas constantemente hasta que el alumno consigue dominarlas perfectamente.

“Podemos practicar todas las emergencias posibles y repetirlas constantemente hasta que el alumno consigue dominarlas perfectamente.”

¿Cómo perciben los simuladores los alumnos cuando lo usan por primera vez?

La sensación de un simulador siempre es como estar en el avión real. Los sistemas force feedback se ajustan a las características del avión y reproducen las sensaciones del manejo en cada fase del vuelo.

Por otro lado, los instrumentos son una réplica exacta de los aviones que nuestros alumnos pilotarán cuando se gradúen, y las pantallas donde visualizamos el entorno adquieren un gran realismo envolvente.

Simulador de un A320 adquirido recientemente por CESDA. Foto: Entrol

¿Cómo se sienten cuando suben al avión después de haber trabajado con el simulador?

Cuando un alumno lleva varias sesiones de simulador y sube al avión real por primera vez, realmente siente que ya ha volado ese avión.

Eso permite trabajar de manera mucho más eficiente y aprovechar mil veces más cada hora de vuelo real, lo cual hace que el alumno perciba que rentabiliza mucho cada hora de vuelo.

¿Los alumnos creen que el trabajo realizado en el simulador es acorde a la realidad que se encuentran después al pilotar?

Lo que reproducimos en el simulador es exactamente el tipo de operativa que llevamos a la realidad, gracias a la estandarización de la instrucción de vuelo, así como de todos nuestros procedimientos normales, anormales y de emergencia.

¿Cuál es el trabajo del instructor en la formación del uso del simulador? ¿Cuáles son los aspectos que más se trabajan?

El trabajo es exactamente el mismo que se lleva a cabo en el avión real: Explicación, demostración y feedback de la práctica del alumno.

La diferencia es que en el simulador se pueden repetir tanto las explicaciones como las prácticas las veces que se deseen, y sin las distracciones que suponen la gestión de la radio, las restricciones de control de tráfico aéreo, etc. Esto permite al alumno centrarse en aprender de manera más eficiente el pilotaje de un avión.

¿Cómo han evolucionado los simuladores en los últimos años?

La evolución principal se nota en la simulación del entorno (cielo, aeropuertos, …), los mecanismos de force feedback mucho más realistas, y por supuesto la interface del instructor que nos permite introducir muchos más elementos meteorológicos, fallos simulados en equipos, motores, etc.

Suponemos que tiene que haber momentos divertidos ¿alguna anécdota que puedas explicar?

Si, como instructor puedo deciros que el apunte divertido de las sesiones de simulador es cuando, ya en un nivel avanzado, se simula un vuelo en el que ocurren las peores condiciones posibles y el alumno pasa una hora y media en tensión gestionando emergencias y tomando decisiones bajo presión.

Cuando por fin logran aterrizar “sanos y salvos” puedes verles el sudor cayendo por la frente mientras suspiran fuerte y sonríen. Saben que acaban de aprender algo fundamental en su profesión de piloto.