ENTREVISTA A MIQUEL TRAVERIA / Investigador de CESDA especialista en meteorología aeronáutica
Usted colabora en el proyecto proyecto JEDI-ACE, ¿en que se basa esta iniciativa?
El proyecto JEDI-ACE (Japanese-European De-Icing Aircraft Collaborative Exploration) es un proyecto de I+D entre empresas y centros de investigación de Europa y Japón para desarrollar un nuevo sistema de protección contra el hielo en los aviones. Es un proyecto de 3 años y medio financiado por la Comisión Europea en su 7º programa marco y el Gobierno de Japón. Tiene un presupuesto de 3 millones de Euros.
El consorcio está formado por: el Instituto Fraunhofer de Alemania (el inventor del mp3), la empresa francesa Dassault Aviation (que ostenta el 50% del mercado de jets ejecutivos), JAXA (la agencia espacial japonesa), Fuji Heavy Industries (que fabrica los coches Subaru y otras aeronaves de alto rendimiento) y el Kanagaua Institute of Technology. La Universitat Rovira i Virgili-CESDA participa como partner al mismo nivel que los anteriores gracias al alto nivel científico-tecnológico de sus grupos de investigación. El grupo de la URV con el que participa CESDA es el FICMA, expertos en láser, dirigido por el Dr. Francesc Díaz, quien fue primer Director de CESDA.
¿Cómo surgió este proyecto de investigación y su implicación en el mismo?
Esta es una bonita historia personal que al final ha dado buen resultado. Desde hace años que en CESDA he estado investigando sobre sensores de hielo ya que entendí que se trataba de un problema que no estaba bien resuelto. Al principio, investigué sobre los aspectos meteorológicos (ya que yo soy físico meteorólogo) pero pronto me di cuenta que el camino a seguir era el desarrollo de sistemas de detección del hielo en los aviones, es decir, centrar la atención en el sistema tecnológico capaz de detectar el hielo que crece en las alas de los aviones.
Como en CESDA no disponemos de la tecnología para desarrollar algo así, dediqué mucho tiempo a entrevistarme con muchos científicos e ingenieros del país para encontrar el camino para resolver este problema tecnológico.
Con mucho esfuerzo y a base de prueba y error fui encontrando el camino hasta conseguir formar un consorcio con una empresa y un centro tecnológico catalán para desarrollar el sensor de hielo.
Una vez formado el consorcio necesitábamos financiación, pero en 2011 la crisis del país había reducido las ayudas a I+D a mínimos, por lo cual no obtuvimos ninguna financiación.
Un golpe duro…
El consorcio se deshizo y yo me sentí fracasado. Teníamos la idea, los socios adecuados, un emprendedor que era yo y que representaba el espíritu del proyecto… pero nos falló la ayuda económica que es necesaria para este tipo de proyectos.
Cuando todo parecía perdido, un ex-director de CESDA, Josep Maria Gastó, que vivió conmigo todo lo que te he explicado, me dio a conocer que la Comisión Europea financiaba estudios de protección contra el hielo. Era mi oportunidad e iba a luchar por ella. Contacté a los funcionarios españoles necesarios hasta que me pusieron en contacto con uno de los líderes del consorcio que se estaba formando. Pude hablar con él y le convencí de que CESDA-URV era el partner adecuado para desarrollar los sensores de hielo.
Entramos en el consorcio Europeo-Japonés que he descrito y solicitamos a la Comisión Europea que nos concediera el proyecto. En julio de 2012 el consorcio ganó el proyecto y en noviembre de 2012 empezamos oficialmente el proyecto JEDI-ACE.
Supone muchas cosas y casi todas buenas. En la universidad es necesario realizar investigación científica por muchas razones, y un proyecto europeo es el máximo exponente de la investigación científica. Ahora, CESDA está jugando la Champions League de la investigación gracias a la URV.
¿Qué problemas puede suponer la acumulación de hielo en un avión?
La acumulación de hielo en un avión no es deseable en ningún caso. La gravedad puede ir desde muy ligera hasta muy severa en función de la cantidad de hielo acumulado. La presencia de hielo en la estructura del avión altera la aerodinámica de las alas y el grupo aerodinámico de cola. Lo primero que acontece (con unas pocas micras de espesor de la capa de hielo) es que aumenta la resistencia y por tanto el consumo de combustible. Pero la gravedad aumenta cuando la aerodinámica se ve muy alterada si hay más de 1 mm de grosor de hielo. Entonces la sustentación disminuye y la velocidad de pérdida se acerca a la velocidad de vuelo. En un caso extremo, el avión entra en pérdida y se produce el accidente.
Otro efecto grave es que el hielo puede taponar los sensores de presión, lo que produce lecturas erróneas de la velocidad del avión o del funcionamiento de los motores, llegando a degradar su funcionamiento.
¿Hay algunos casos recientes de accidentalidad que se hayan producido por este motivo?
Este hecho, ha causado muchos accidentes y voy a citar estos dos como muy relevantes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Vuelo_4184_de_American_Eagle y
http://es.wikipedia.org/wiki/Vuelo_447_de_Air_France
Tampoco hay que pensar que es una plaga, simplemente es un fenómeno que está involucrado en un 2% de los accidentes aéreos y por tanto hay que actuar sobre él para intentar reducir su incidencia.
Y ante un problema así, ¿qué soluciones se pueden adoptar?
Nadie es ajeno a este problema y se están dedicando muchos esfuerzos para mejorar la seguridad aérea con respecto al engelamiento. El hecho que Europa y Japón decidan invertir dinero en este proyecto es un indicativo de la concienciación al respecto. Aunque quizás el dato más contundente es la publicación de una ley de los EEUU en 2009, sobre la necesidad de mejorar los sistemas de protección contra el hielo en los aviones.
El proyecto JEDI-ACE es una propuesta de solución que esperemos que dé resultados positivos y en el futuro los sistemas de protección contra el hielo que estamos desarrollando sean aplicados en los aviones comerciales.