Se dice que el aéreo es el medio de transporte más seguro que existe. Hay multitud de datos y estadísticas al respecto: por ejemplo, una compañía de seguros decía hace unos años que es más probable morir en la calle por el impacto de un cuerpo celeste que de pasajero en un accidente aéreo.
O sea, que es cierto. Pero todo tiene un coste y a inmensa mayoría de los pasajeros no son conscientes del enorme esfuerzo que representa para los trabajadores de este sector mantener los estándares de calidad necesarios para poder seguir diciendo con soltura tan famosa frase.
2012, un año tranquilo
Véase por ejemplo un dato, quizás el más relevante: el año 2012 pasará felizmente a la historia como el año más seguro en la aviación civil desde el final de la Segunda Guerra Mundial:
A pesar de la crisis económica, durante el mismo año los kilómetros-pasajero llegaron a la cifra de 4,5 trillones, o lo que es lo mismo, más del doble de los que se hicieron 20 años antes, en 1992.
Resulta pues impactante comparar el brutal incremento del tráfico del transporte aéreo con la reducción de los accidentes aéreos. ¿Se imaginan qué contentos estarían los políticos si los accidentes en carretera se redujeran al duplicar el número de movimientos de coches?
Me quito pues el sombrero ante todos los profesionales del sector, elemento primordial, junto a los avances tecnológicos, para garantizar que la seguridad aérea siga mejorando año tras año, capeando incrementos de tráfico, y reducciones de presupuestos.
