MIQUEL MORELL MAÑÉ / Instructor de vuelo
Muchos de vosotros, al leer estas palabras, pronto habréis reconocido su significado en el mundo de la aviación. Para todas aquellas personas que lo desconozcan sepan que con estos nombres se conocen dos de las situaciones más peligrosas que se pueden dar en un avión en el aire, ambas relacionadas con la aerodinámica de las alas en el vuelo a velocidades críticamente bajas.
¿Cuándo estaremos en una situación de pérdida? Cuando suframos una reducción de la sustentación debido a un exceso del ángulo de ataque. Cuando esta pérdida de sustentación se produzca en un ala antes que en la otra podremos entrar en barrena, el segundo término que nos ocupa, y que se basa en una caída en forma de espiral.
La práctica real, elemento clave
Una vez aprendida la técnica adecuada para su recuperación, las pérdidas de sustentación no revierten mayor peligro, especialmente en los aviones certificados para la instrucción, ya que se comportan de manera deliberadamente noble en situación de pérdida. En todos los programas oficiales de formación de pilotos aparece un importante número de horas de práctica real en vuelo relacionadas con la detección, prevención y eventual recuperación de situaciones de pérdida en distintas configuraciones del avión: con potencia del motor, sin potencia, en viraje, sin viraje, en configuración de aterrizaje, o en configuración normal o limpia. Lógicamente todas estas prácticas en Centros de Formación Aeronáutica se hacen con un instructor a bordo y a una elevación sobre el terreno muy superior a la necesaria para recuperarlas minimizando los riesgos asociados a su práctica.
Las barrenas son otra cosa. Si bien es cierto que los programas de formación las incluyen, actualmente sólo obligan a la detección y prevención de las mismas, dejando sólo en el campo teórico su recuperación. La mayoría de aviones, excepto los acrobáticos, tienen vetada por manual del constructor la ejecución de barrenas ya que no han sido certificados para poder ser volados en situación de barrena. La buena noticia es que es prácticamente imposible entrar en barrena involuntariamente con un avión de escuela por el mismo motivo por el que es fácil recuperar sus pérdidas de sustentación.
Se trata de una maniobra muy peligrosa que se debe evitar a toda costa, y que hay que recuperar de manera decidida y sin errores para evitar situaciones irrecuperables.